top of page

La iniciación Hiperbórea (Espiritual) o la iniciación Cristiana (del Alma)

  • pasan8
  • 1 mar 2015
  • 2 Min. de lectura

Todo hombre, tarde o temprano, establecen los autores gnósticos, deberá optar por uno de los dos únicos caminos, opuestos e irreconciliables, que existen para él: la realización de su Alma o la realización de su Espíritu. No hay una tercera posibilidad. El camino de la mano derecha, hacia el Demiurgo, a través del perfeccionamiento del alma, o por el contrario el Camino de la Mano Izquierda, hacia el Incognoscible, a través de la liberación del Espíritu.

El Alma o el Espíritu son lo que constituye la meta u objetivo particular de una iniciación, y por ello, sólo existen iniciaciones del Alma e iniciaciones del Espíritu. Ambas tienen por finalidad facilitar el acceso del aspirante hacia el destino escogido por él. La Iniciación Hiperbórea, es el tránsito, no espacial ni temporal, sino estratégico hacia el Selbst (Sí-mismo), hacia Hiperbórea terrestre, hacia Thule, hacia Agartha, hacia el Valhalla, hacia Venus, hacia el Origen, hacia Hiperbórea original, fuera del demencial Universo material creado por El Demiurgo, El Uno, hacia la eternidad del Espíritu, cerca del Dios Incognoscible y de Kristos Lucifer, el Gran Jefe de la Raza de los Espíritus Hiperbóreos.

Para los gnósticos hiperbóreos, el objetivo de las iniciaciones del Alma tiene por objeto la fusión final con el Demiurgo. Si alguien nos habla de la "unión con Dios", de "perderse en Dios", de la "fusión de la conciencia individual con la Conciencia Una", del samadhi (disolución en el Demiurgo), etc., los seguidores de Lucifer sabrán, que se encuentran frente a una religión, secta o movimiento esotérico dirigido finalmente por el Demiurgo, y en su consecuencia las iniciaciones que se puedan otorgar allí, serán iniciaciones del Alma y no del Espíritu. Por el contrario, en las iniciaciones del Espíritu jamás se habla de fusión con ningún Dios. Al final del camino, cuando se produce el enfrentamiento total con el Demiurgo, afirman los Hiperbóreos, el iniciado deberá resistirle y rechazarle, excluirle y excluirse para siempre. En estos casos no se hablará del samadhi sino del kaivalya: que significa separación absoluta. Pero un kaivalya especial, no sólo una separación total con respecto a todo lo creado por el Demiurgo, sino que el verdadero kaivalya comprende inevitablemente la separación total y absoluta del Demiurgo mismo.

Además, un principio fundamental de la iniciación luciférica sería distinguir que en las iniciaciones que conducen al Demiurgo se procura, afirman ellos, en el aspirante un debilitamiento paulatino del Yo y su posterior renuncia a él. Los gnósticos luciféricos creen que todo movimiento religioso que trabaje a favor del Demiurgo le dará una gran importancia a la necesidad de anular al Yo en los aspirantes. Tienen el convencimiento de que para que la fusión con el Demiurgo tenga éxito, es fundamental que el aspirante renuncie totalmente a su Yo. Una vez que el yo se haya desintegrado, la cáscara vacía en que el iniciado se ha convertido será llenada inmediatamente por el Demiurgo.

 
 
 

Comments


Featured Posts
Recent Posts
Search By Tags
Follow Us
  • Facebook Classic
  • Google+ Social Icon
  • Pinterest Social Icon
  • Blogger Social Icon
  • c-youtube
bottom of page